UN DÍA DE INGLÉS PARA RECORDAR
El Día del Inglés fue una experiencia realmente divertida y enriquecedora. Al llegar, nos hicieron formar y, aunque la formación se demoró bastante, finalmente nos llevaron al restaurante donde se realizaría el evento. Una vez allí, nos acomodaron rápidamente por cursos y nos sentamos en nuestros sitios.

La jornada comenzó con la izada de banderas: primero cantaron los himnos y luego llamaron a los estudiantes encargados de izarlas. Al principio hubo un pequeño problema con nuestro salón, porque no nos habían nombrado, nuestro director de curso Camilo fue a preguntar que había pasado y le respondieron que no sabían que esta vamos presentes, pero finalmente llamaron a un compañero para que izara bandera por ser el mejor en inglés.
Más tarde, una profesora nos deleito cantando en inglés de una manera preciosa, incluyendo una niña que también cantó y lo hizo muy bonito. Después, unos compañeros representaron una obra de teatro sobre el caballo de Troya, contada en inglés; algunas partes las entendí perfectamente y otras no, pero me di cuenta de que sé más inglés de lo que pensaba.
Luego, nos entregaron unas hojas para responder preguntas sobre la obra y así practicar aún más el idioma y de cierta manera observar si habíamos comprendido y puesto atención a la obra. Todo el evento me encantó: la música, la obra de teatro y la oportunidad de aprender inglés de una manera divertida hicieron que fuera un día muy chévere y memorable.
ENTRE ROMPECABEZAS Y NUMEROS PITÁGORAS PRESENTE
El Día de los Juegos Matemáticos fue una experiencia increíble y muy divertida. Como éramos de décimo, nos indicaron que debíamos crear 12 juegos iguales entre todo el salón para presentar ese día. la profesora Ruby nos organizo por equipos de a 3 integrantes, todos decidimos hacer una subasta con los cuadros de Pitágoras. Además, como la nota también iba para filosofía, incorporamos preguntas de Pitágoras como filosofo. Creamos 2 rompecabezas uno para filosofía y otro para matemáticas cada uno con sus respectivas preguntas y respuestas en la parte de atrás, y en la parte del frente con la cara de Pitágoras; es decir que habían dos juegos en nuestra estación. La profesora nos ubico en los diferentes grupos, me tocó trabajar con Hellen y Laura dos compañeras excelentes y muy responsables, nos repartimos las tareas de manera equitativa para que todas hiciéramos lo mismo sin recargarnos en ninguna : hicimos la caja, los billetes y los cuadros, preparando todo con mucho cuidado. No hubieron problemas ni ningún inconveniente todo y va saliendo bien.

Cuando llegó el gran día, la profesora nos devolvió los materiales y los billetes didácticos, y nos dirigimos a nuestra estación, la 71, ubicada en la Torre A, primer piso, cerca de los baños. Aunque el espacio estaba un poco ajustado y cerca de otras estaciones, estábamos en la sombra una gran ventaja ya que estaba haciendo mucha calor, nos acomodamos para finalmente estar listas.

A medida que llegaban los estudiantes, empezamos a jugar. En las primeras rondas me sentí bien; poco a poco me fui soltando y disfrutando más la actividad. Hubo un niño que intentó saltarse algunas estaciones, pero le aclaré que eso no ,o podía hacer, que no estaba permitido y finalmente entendió sin embargo quedo un poco molesto y una actitud desagradable. Con mi compañera nos turnamos para estar dentro de la caja, sin embargo no me gusto estar ahí adentro solo veía los pies de los chicos incomoda y aburrida, así que decide salir y estar con mi compañera fuera de la caja esto nos permitió socializar y pasarla bien con los demás enseñándoles y jugando a la vez.

Ya en las últimas rondas, aunque estaba un poco cansada y con ganas de irme, seguimos disfrutando hasta que terminaron todas las rondas. Luego, recogimos la caja, la llevamos al reciclaje y dejamos todo en su lugar antes de ir al restaurante. Fue muy chévere explicar a los niños sobre Pitágoras, verlos jugar y notar su entusiasmo; todos los chicos tenían una energía increíble, participaban con ganas y nunca se mostraron aburridos. Además, socializamos, hicimos nuevos amigos, no hubo presión y todo se vivió de manera tranquila y divertida y lo mas importante fue que aprendimos nuevas cosas. En general, fue una experiencia súper chévere: enseñar, aprender, jugar y compartir con los demás hizo que el día fuera agradable.
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